POR LA VERDAD, MEMORIA Y JUSTICIA
"Llegó el momento" fue el titular de tapa de La Nueva Provincia el 24 de marzo de 1976, para saludar a Jorge Rafael Videla como nuevo presidente de facto. Como inicio de referencia este título el pampeano Miguel Palazzani y José Nebbia, integrantes de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Bahía Blanca, con fecha 2 de mayo, solicitaron la detención del empresario Vicente Massot, actual propietario y director del diario La Nueva Provincia, y Mario Gabrielli (ex secretario de redacción, ahora fallecido 09 /07/ 2013) por su participación en el plan criminal que configuró un genocidio durante la última dictadura militar en nuestro país. Acusados de integrar "junto con los mandos militares (Ejército y Armada) una asociación ilícita con el objetivo criminal de eliminar un grupo nacional". Ambos reclamaron al juez federal Santiago Martínez que detenga, indague y prohíba la salida del país a Vicente Massot y Mario Gabrielli, quienes también están siendo investigados por su presunta participación en el secuestro y asesinato de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola, hallados el 4 de julio de 1976, a la vera de una ruta, acribillados a balazos. Para 1975 ambos eran delegados gremiales en la empresa y, en reclamo de la aplicación efectiva un convenio colectivo ya firmado por las partes, fueron las caras visibles de un paro que durante tres semanas hizo que el diario no apareciera. Cuando el matutino volvió a los kioscos, el primer día de septiembre de ese año, su directora acusó a los gremialistas de liderar una “labor disociadora” y les advirtió que sus “fueros parecieran hacerles creer, temerariamente, que constituyen una nueva raza invulnerable de por vida”.
El texto de la acusación, subraya también la responsabilidad de Diana Julio (madre de Massot) y Federico (uno de sus hermanos), ambos fallecidos, quienes integraban también "el grupo medular con poder de decisión en el diario", que en 1976 era dirigido por doña Julio. Los fiscales acreditaron que, durante la dictadura, en el edificio del diario funcionaba un Centro Clandestino de Detención (CCD) y que Vicente Massot visitaba al represor Jacinto Chamorro en la ESMA, mientras su madre (Diana Julio) se reunía periódicamente con Luis María Mendía, Jefe de Operaciones Navales de la Base Naval Puerto Belgrano. En el diario, su otro hijo, Federico, calificaba de "cagones" a los represores navales que "no se animan a fusilar" públicamente a los secuestrados.
El Juez Federal subrogante de Bahía Blanca Santiago Martínez no hizo lugar al pedido presentado por los fiscales contra Massot y Gabrielli.
El Secretario General de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bahía Blanca, Eduardo Hidalgo, repudió la decisión del juez Federal Santiago Ulpiano Martínez. "Repudiamos su resolución por todos los argumentos expuestos en la denuncia de la Unidad Fiscal, por lo aquí expuesto y mucho más, reafirmando que este solo ha sido un capítulo más del libro de la Memoria, la Verdad y la Justicia",
La Comisión de Apoyo a los Juicios por Crímenes de Lesa Humanidad de Bahía Blanca realizo manifestación en repudio a la decisión del juez federal subrogante Santiago Martínez de rechazar el pedido de indagatoria y detención del director del diario "La Nueva Provincia", Vicente Massot, y del ex jefe de redacción de ese medio Mario Gabrielli. "Esta decisión del juez se suma a la anterior que denegó la detención e indagatoria del ex capellán del V Cuerpo de Ejército Aldo Vara, acusado de complicidad con los crímenes cometidos en esta jurisdicción", "esa Justicia reconoce otros niveles a los que recurriremos y que deberán revertir este abuso despreciable de una justicia cuestionada por antidemocrática y corporativa". "Es allí donde habremos de quebrar el espinazo de la impunidad, la que aún subyace en la sociedad argentina, y romper este eslabón agregado por el Juez ad hoc Ulpiano Martínez a la cadena histórica de injusticias",
Agrupaciones de Derechos Humanos realizaron un acto al cumplirse 37 años de los asesinatos de los trabajadores gráficos bahienses Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola durante la dictadura.
Al respecto Dante Patrignani, integrante de la Comisión, señaló que "en este nuevo aniversario queremos remarcar la memoria de los compañeros y exigir que se avance con la investigación de (Vicente) Massot y el diario La Nueva Provincia sobre su complicidad".
Heinrich y Loyola eran obreros gráficos del diario La Nueva Provincia y dirigentes del Sindicato de Artes Gráficas de Bahía Blanca. Heinrich era maquinista en la rotativa y secretario general del sindicato, mientras que Loyola trabajó como estenotipista y tesorero. Los dos trabajadores fueron secuestrados el 30 de junio de 1976 y sus cuerpos maniatados, con signos de torturas y numerosos disparos, aparecieron el 4 de julio de ese año en la Cueva de los Leones, sobre la ruta nacional 33 y a 17 kilómetros de Bahía Blanca. Los crímenes de los trabajadores gráficos forman parte de la causa 0407 que investiga los delitos cometidos en jurisdicción de la Armada durante la dictadura militar.
El año pasado y en el marco del primer juicio por delitos de Lesa Humanidad cometidos en Bahía Blanca, el Tribunal a cargo de los jueces Jorge Ferro, Martín Bava y José Triputti ordenó que se investigue "la posible comisión de delitos de acción pública por parte de los directivos de La Nueva Provincia durante la última dictadura militar". Durante el fallo en el que fueron condenadas 17 personas, el Tribunal dictaminó "extraer constancias documentales respecto de la publicaciones que daba cuenta el diario y remitirlas al juzgado federal". "como el juez no realizó la investigación y derivó el testimonio de parte del Tribunal a la Fiscalía para que investigara, dá como resultado esto por lo que los fiscales solicitan la indagatoria y detención"
En el marco de la causa, los fiscales José Nebbia y Miguel Angel Palazzani apelaron la resolución del juez Federal Santiago Martínez que había rechazado el pedido de detención y llamado a indagatoria de Vicente Massot, propietario del diario y del ex secretario de redacción Mario Gabrielli, por su presunta participación en la última dictadura.
En ese contexto y sobre el juez Federal Martínez, el titular de APDH sostuvo que "Esta es una primera etapa, no empieza y termina acá, es el primer paso de la etapa más profunda de la investigación, se sigue investigando ya que tiene otros cuerpos y trabajos que no se han incorporado en la medida que avance esto".
Esta crónica tiene por objeto revalidar una vez más, como ya se ha hecho en innumerables oportunidades, el reclamo permanente de justicia que el pueblo argentino exige para los responsables de los atropellos, crímenes y desaparición de personas, durante la última dictadura militar. En cuanto a los episodios corresponde, no solamente nos toca muy de cerca, sino que además una empresa del sector fue partícipe necesario para la desaparición de los compañeros Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola. Debemos también hacer referencia a quienes con su silencio, permitieron que esto ocurriera, por acción u omisión, ya que debió existir un estado de complicidad importante para que estos compañeros tuvieran un final tan siniestro. No obstante como trabajadores gráficos debemos reivindicar la lucha llevada adelante por ellos, por esta razón expresamos nuestro más enérgico repudio para quienes aún hoy mantienen y sostienen una actitud totalmente reprochable y punible, no obstante que desde los estrados judiciales no quieran tocar a fondo esta situación acompañamos y apoyamos la iniciativa de intentar revertir la condición de impunidad anclada desde hace tanto tiempo en nuestro país. La colaboración es vital para mantener los cambios realmente profundos, ya que sin ella, las organizaciones son abrumadas por las fuerzas del status quo.
Ramerio Pérez
También existe otro gráfico desaparecido víctima del Terrorismo de Estado en la Argentina durante los años 70, se trata de Ramerio Pérez nacido el 17 de junio de 1929 en Cohnello La Pampa. Hijo de hacheros. En su juventud se marchó a trabajar a Buenos Aires y se radicó en el Conurbano. Fue definiendo su actividad más con el Peronismo de Base (PB) y con la Juventud Peronista. Ya en los años 70, continúa en el Movimiento Revolucionario 17 de Octubre, una división del PB". El Peronismo de Base fue una agrupación de superficie de las Fuerzas Armadas Peronistas, cuya línea ideológica se encaminó hacia el clasismo. "Mi padre era gráfico y actuó fuertemente en el sindicato gráfico junto a (Raimundo) Ongaro, que fue líder del PB. Refirió su único hijo vivo. Lo último que recuerda Fernando de su papá, entonces de 48 años, y de su hermano Eduardo, de 20, fue cuando se los llevó un grupo de tareas de su casa en Villa Celina, partido de La Matanza. " entraron en casa, era un grupo comandado por el 'Turco Julián' (alias de Héctor Simón). El iba al frente y se los llevaron en un operativo conjunto entre la Policía Federal y el Ejército. La bonaerense además había liberado la zona. Ambos fueron trasladados hasta El Atlético, un centro clandestino de detención ubicado en Paseo Colón, entre San Juan y Garay. "Allí los vieron por última vez a los dos algunos testigos que quedaron. Lo que supimos es que nunca los separaron, siempre estuvieron juntos en la misma celda. Y los vieron hasta el cierre del Atlético, que luego trasladaron a El Banco y finalmente a El Olimpo. Tenemos la presunción de que a partir de ahí fueron ejecutados", Ramerio Pérez y su hijo, Eduardo Alfredo, fueron secuestrados el 10 de octubre de 1977. Sus casos fueron juzgados en el juicio del circuito ABO (El Atlético, El Banco y El Olimpo) por el que fueron procesados y condenados 17 represores.
Estos emblemáticos casos de desaparecidos gráficos llevan a considerar la necesidad de participación para hacer oir nuestra voz o integrar organizaciones relacionadas con los Derechos Humanos. Será una de las cuestiones pendientes a concretar por nuestra Federación? como lo es la conformación de una Secretaría de este género como también de otros, no solamente por el mero hecho de participar, sino también para elaborar estructuras de trabajo. Y vaya si hay temas para tratar o por lo menos considerar. Ya que hubo compañeros y compañeras y también familiares, que sufrieron el horror de la dictadura, con persecuciones, cárcel y atentado contra los Derechos Humanos y que aún hoy no han sido reconocidos o contenidos como debería ser.