Diario EL POPULAR


Los gremialistas estuvieron en el Ministerio de Trabajo en La Plata, sin Cuartango

Propusieron a Domingo Soraiz para la

Delegación; habrá un interino

El encuentro fue con dos funcionarios de Trabajo. Los sindicalistas enfatizaron la necesidad de tener la Delegación en manos de un sindicalista. "Tiene que empezar a defender a los trabajadores", dijeron. Están cansados "de que los empresarios entren como si fuera su casa". El nombre de Soraiz es fruto de un consenso. El interino debería dejar ordenada la Delegación.

  
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  Prestipino aseguró que la CGT no dudará en apoyar al CECO cuando sea necesario.

Una calurosa tarde platense y una actitud negociadora de ambas partes se encargaron, ayer, de destrabar el conflicto entre el sindicalismo olavarriense y el Ministerio de Trabajo bonaerense. José Pablo Avalos no volverá, Juan Sánchez no asumirá y se nombrará a un técnico interino hasta febrero, cuando los gremios y el Ministerio se vuelvan a sentar en 7 y 39 para decidir si el nuevo delegado es Domingo Soraiz, el nombre que ayer le llevaron a un interlocutor que finalmente no fue Oscar Cuartango. Un nombre que surgió del "consenso entre 27 organizaciones". Pero que para algunos no es tan importante como la decisión de presionar para que el Ministerio "comience a cumplir el rol que no ha cumplido desde hace más de veinte años". Y que deje de ser un living "donde los empresarios entran y se sienten como en casa".
Aunque los cuatro gremialistas que viajaron a La Plata aseguraron que la política tiene la entrada vetada en las discusiones sindicales, el conflicto estalló cuando José Pablo Avalos, abogado, "hombre de Eseverri", cuatro años delegado, fue removido por el ministerio que encabeza Oscar Cuartango para intentar nombrar a Juan Sánchez, pejota, hombre de Miguel Santellán, oficialista de la Provincia. A todos les quedó claro que es un cargo político y que la adhesión rabiosa de José Eseverri a la figura de Sergio Massa complica definitivamente las relaciones con la Provincia. "A mí me puso Eseverri", dijo Avalos mientras firmaba la renuncia. Y fue así: Cuartango mismo quitó a Eduardo Cataldi de su lugar para colocar a Avalos, entonces un hombre del oficialismo. Cuando José Eseverri era oficialista.

Sin Cuartango
Ayer no fue Oscar Cuartango quien recibió a Daniel Prestipino (secretario general de la CGT), Roberto D’Amico (Uocra), Eduardo Amaya (Luz y Fuerza) y Pedro Garay (Soeco). EL POPULAR se había comunicado el miércoles con el secretario de Prensa del Ministro, quien confirmó la reunión del jueves y hasta admitió que Cuartango podría hablar con este diario después del encuentro, "si es que el Ministro lo considera necesario". Pero ayer Carlos Molina, subsecretario de Trabajo, y Marino Calcopietro, director de Relaciones Laborales provincial, eran quienes esperaban a los sindicalistas, sin explicaciones acerca de la ausencia ministerial.
Los cuatro aparecieron en la puerta del despacho, terminada la reunión, con una sonrisa. Y hablaron con EL POPULAR en las puertas del Ministerio. "Hemos acordado que en un primer momento el Ministerio va a enviar un auditor normalizador que va a estar por un tiempo determinado; seguramente será un funcionario de carrera de La Plata". Pasará el verano y "en febrero o marzo nos volveríamos a sentar para la designación del delegado definitivo". A la vez, reveló que "nosotros, por resolución del plenario del martes, trajimos la propuesta del compañero Domingo Soraiz para que ocupe el cargo de delegado". La idea, entonces, es que "un funcionario de carrera normalice la situación en estos dos o tres meses y en febrero nos volvemos a juntar para consensuar y 27 organizaciones llevan hoy a Domingo Soraiz para ese cargo".
El secretario general de la CGT Olavarría relató que los funcionarios "se vieron sorprendidos por la toma del Ministerio". Los sindicalistas creyeron necesario "dejar bien aclarada alguna versión periodística de un medio platense, que publicó que en la toma del viernes había barrabravas alcoholizados; eso fue desmentido totalmente. Nosotros estuvimos en la puerta, todos éramos dirigentes sindicales y en ningún momento se tomó alcohol". Con una sonrisa, el dirigente gráfico sostuvo que "se comieron unas empanadas y se tomaron gaseosas, pero en la vereda de enfrente porque estaba a la sombra. Por eso cruzamos para comer a la sombra y de parados. Pero en ningún momento había gente que no tuviera nada que ver con los gremios de Olavarría".
Con la aclaración de una versión que el mismo Molina desconocía, "pudimos dejar de lado alguna rispidez por la acción nuestra". En el Ministerio los ánimos estaban irritados al máximo por la toma del edificio. Pero ayer la reunión "fue en buenos términos y nosotros hablamos de, más allá de la designación del delegado, del rol que el Ministerio tiene que cumplir; hemos sido muy puntillosos en esto: estamos tan interesados en que el nombrado sea un hombre del movimiento obrero como que la delegación funcione como debe, dotada con personal e instrumentos para que cumpla el rol para el que existe, que es equiparar la fuerza entre el capital y el trabajo".

"Un dirigente sindical"
Pedro Garay fue quien más insistió en que "venimos a plantear que estamos desconformes con el funcionamiento del Ministerio desde hace mucho tiempo. Nunca estuvo a la altura de las circunstancias". Entonces "es fundamental que vaya un compañero de La Plata para que podamos discutir con él falencias como no defender a los más débiles. Tenemos muchos casos en que el Ministerio no ha dado la respuesta y los trabajadores han quedado en la calle".
Para el ceramista, "hace más de 20 años que la decisión política del Ministerio es dejar que los empresarios entren como en su casa, que declinen la instancia administrativa, que no se cumplan las normas de procedimientos. No se ha hecho nunca bien. Por eso queremos un dirigente sindical para que empiece a trabajar como se debe. Porque lo que discutimos es, más que el rol del delegado, el rol del ente administrativo".
En la puerta del Ministerio, con un sol abrasante de las tres de la tarde, Garay -que fue postulante a la Delegación, pero se bajó en pos del consenso- sostuvo que "al CECO (de Miguel Santellán, vocero de la Provincia que colocaba a su candidato) habrá que integrarlo como a cualquier otro gremio". Hoy por hoy, "no existe ningún tipo de diálogo" con el hombre del CECO. Pero, aclaró Prestipino en su rol aglutinador, "si surgiera un conflicto donde los mercantiles necesiten el apoyo de la CGT no vamos a dudar un minuto en estar al lado de ellos".
El líder cegetista sueña con "consolidar la unidad dentro de la CGT. Mi anhelo es dejar una CGT con todos los gremios integrándola. Todos. Pero que no se nos meta la política...".
La unión que logró Cuartango, lo saben, es una vela en el viento. Pero apuestan a que se sostenga a mediano plazo: "Es el anhelo y el compromiso que nos impusimos...".

Sin poder de policía
Con dos abogados en la historia reciente de 21 años (Cataldi y Avalos), Garay insiste en que lo ideal es que el delegado "salga del movimiento obrero", porque "si tenemos un Ministerio fuerte, se puede plantar cuando el empresario declina la instancia administrativa y perjudica mal al trabajadores; hemos tenido casos en que ni siquiera tenían para comer, el trabajador no puede esperar cuatro años para hacer un juicio". Pero hasta ahora, "entran los empresarios y manejan la situación".
Prestipino fue más allá: "Uno de los grandes daños que le hizo la década del 90 al movimiento obrero fue el desmembramiento del Ministerio de Trabajo de la Nación. Con el consenso de los legisladores de todos los partidos, se le sacó el poder de policía al Ministerio de la Nación y se pasó a las provincias. En Buenos Aires, este lugar donde estamos, que es un ministerio, no funciona. Te imaginás en Catamarca o Jujuy, donde es apenas una dirección".
Sin inspectores, sin personal, con una deuda enorme por el alquiler del edificio y cortes en los servicios por falta de pago, "esto funciona como puede. Es decir, mal".
Domingo Soraiz, si llega, tendrá una responsabilidad abismal sobre sus espaldas.